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sábado, 10 de diciembre de 2016

EL ARTE URBANO Y LA POBREZA EN MÉXICO DESDE LA PERSPECTIVA DE HERBERT MARCUSE

Dos individuos se reunieron,
 nunca estuvieron de acuerdo en nada, pero se amaron tanto que ese amor convirtió al mundo en un lugar mejor.
Ahora, ella se fue,
Pero él se quedó para vivir en ese mundo que construyeron juntos  y al cual él pertenece.
Rolando Javier Robledo Arroyo
De la tierra al cielo






















EL ARTE URBANO Y LA POBREZA EN MÉXICO DESDE LA PERSPECTIVA DE HERBERT MARCUSE

Por: Rolando Javier Robledo Arroyo*






ABSTRACT

Desde el ensayo: “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, Marx Weber[1], historiador alemán anti-positivista, menciona que a las personas inmersas en el ambiente laboral, no les interesa lo concerniente a lo que se entiende por espiritualidad o religiosidad. Marx Weber señala que, “dentro de una orientación incondicionalmente terrenal”, (Weber 1934, p.34); el hombre está hecho por y para el trabajo.

En este mismo ensayo, Weber expone una idea que ha prevalecido hasta nuestros días: “el tiempo es dinero”, (Weber 1934, p.20); y nos explica con un ejemplo donde menciona, que si una persona gana 10 chelines por día, pero la mitad de ese tiempo gasta 5 chelines al día en tiempo ocioso en su casa , deberá tomarse en cuenta el dinero gastado en ese mismo tiempo ocioso, más el dinero que dejó de percibir precisamente por esa ociosidad; así que para Weber el derroche tanto de dinero como de cualquier otro producto tiene consecuencias, en la medida de lo que se pueda lograr producir, con el producto del objeto derrochado.

El mundo dentro del espíritu capitalista, busca siempre ganancias económicas de manera racional,  escribió Weber. Dónde el trabajo siempre será una “necesitad vital”, dónde la opulencia será únicamente castigable cuando genere ociosidad o cuando ésta tenga como objetivo final una vida de indiferencia hacia el prójimo o sin preocupación alguna más allá de lo que significa una vida ética religiosa e inmoral.

En su “Sociología Comprensiva”, Marx Weber manifiesta su preocupación sobre la necesidad de “comprender la peculiaridad de la realidad de la vida que nos rodea y en la cual nos hallamos inmersos”, (Mardones y Ursua. 1982, p.78). En este punto, Herbert Marcuse[2], filósofo y sociólogo alemán y miembro de la llamada Escuela de Frankfurt[3], coincide en la comprensión de la realidad de la vida, aunque él se da cuenta de una peculiar diferencia entre las necesidades reales y las necesidades ficticias que hacen feliz al hombre. Es en este marco histórico donde se expone al ser humano al trabajo en la calle, el cual acepta, ya sea por decisión propia o por carecer de otras opciones laborales. Desarrollando de forma individual o en colectividades, lo que llamaremos “arte urbano”; entendido para el caso de este estudio, como  “el arte de la calle, frecuentemente ilegal”, desarrollado en un ambiente laboral de inequidad, en el municipio de Texcoco, en el Estado de México.

Demos paso entonces, al objeto de estudio de este ensayo.

PALABRAS CLAVE
Ética, Capitalismo, Anti-positivista, Ociosidad, Inequidad.



* Estudiante de Maestría en Educación en la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Texcoco. Correo electrónico: rolandojavierrobledo@gmail.com o javierrobledoarroyo@hotmail.com



OBJETIVO
El objeto central de este estudio es analizar en breves términos al arte urbano, como “ente trasformador” de la realidad económica de la vida de las personas en situación de calle, todo esto en el área de Texcoco, Estado de México, y en particular, conocer algunos datos sobre la pobreza en México relacionada con algunas ideas de la vida y obra de Herbert Marcuse y sus escritos en el libro “El Hombre Unidimensional”, (1964). Interesa también entender la postura de Marx Weber, sobre la relación del hombre con conceptos tales como, dinero, trabajo y la realidad de la vida, en su ensayo: “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo” y su libro: “Economía y Sociedad”.


DESARROLLO
Enfrente de la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Texcoco, en el Estado de México, se encuentra un espacio ubicado entre las calles Texcoco y Juárez, dónde se reúnen una serie de personajes que contrastan con la realidad diaria de la Universidad, este punto es el cruce diario de estudiantes que se dirigen hacia el centro del Municipio y también de autos que enfilan su rumbo hacia la Universidad de Chapingo[4], y sus cercanías. Es aquí donde una persona de nombre Edgar Iván Castro Ceferino desarrolla una actividad que él llama “malabarismo”; arte urbano que se caracteriza por  una serie de pasos para ejecutar espectáculos con uno o más objetos a la vez, en equilibrio y, usualmente sin dejar que caigan al suelo. 

Edgar de 23 años, malabarista y artesano como él se autodenomina, realiza estas actividades por vocación y como un medio, que le permita “generar”, dinero para vivir y para mantenerse como parte de un colectivo social de malabaristas en Texcoco y todos sus alrededores.

Desde los años 80, el término “street art”, cobró relevancia en Nueva York principalmente, y de ahí fue exportado a varios lugares del mundo como una forma de expresión artística callejera, que realiza un grupo de personas llamadas “artistas”, con el fin de expresar ideales, mandar mensajes o reflexionar sobre las formas de su pensamiento. En México, se inicia el arte urbano desde los “multifamiliares” del norte de la ciudad, hasta las líneas del metro de la Ciudad de México. Desde entonces existen diversos colectivos que tratan de enfocar y apoyar a estos artistas, con nuevos espacios, donde éstos puedan expresarse. En el área de Texcoco existen varios festivales que apoyan a este tipo de arte, incluido el llamado Faro de Texcoco[5], organización sin fines de lucro, llamado también, Escuela de Enseñanza y Clases de Música.

Max Weber, en su trabajo: “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, señala que no hay espiritualidad en el individuo que busca el bien material, ya que el hombre se creó para el trabajo, y hacia éste enfoca todo su esfuerzo. El mundo dentro del espíritu capitalista, busca siempre ganancias económicas de manera racional,  escribió Weber. La sociedad racional se caracteriza por hacer viable el desarrollo de los fines individuales y colectivos, socialmente controlados por la ciencia, la tecnología, la ciencia y el dinero.

Weber, en su libro “Economía y sociedad” (1922), introduce ideas sobre el actuar racional respecto a fines y el actuar racional respecto a valores, donde menciona que la honestidad le conviene al ser, y que ésta genera una recompensa que “vale” la pena obtener.

Las colectividades que promueven el arte en la calle, proyectan la honestidad como medio para generar una acción social, pero esta debe estar orientada racionalmente por cada uno de sus integrantes de acuerdo a sus propios intereses y metas, si estos intereses y metas están alineados con la honestidad hacia la sociedad, se promueve la continuidad en su actuar, en caso contrario se generan conflictos con los propios miembros de la colectividad y con la sociedad en su conjunto,

Desde el punto de vista económico, trabajar en la calle se enfoca a dos elementos fundamentales: necesidad y bienes económicos, (actuar racional respecto a fines), desde el punto de vista social, el arte urbano  expresa racionalmente un fin con aplicación diversa pero buscando lograr la máxima satisfacción del sujeto que se desarrolla laboralmente en la calle, (actuar racional respecto a valores).

La acción social de las personas en situación de calle, laborando en la vía pública a través del arte urbano, se debate entre la ganancia del bien económico y la obtención de la satisfacción social propia del individuo, para él y para sus semejantes. Aun cuando su acción social se pone de manifiesto a través del arte que desarrolla, es cuando provoca en su contraparte, -la persona que percibe el arte-, una subjetividad tal que lo conmueve y que le provoca un cambio mental-social, cuando el arte callejero alcanza su expresión de existencia.

Realizar esta afirmación resulta en un equilibrio social que permanece a lo largo del tiempo y que nos adentra al concepto que Pierre Bourdieu[6], llama “habitus”, -serie de estructuras mentales que forman parte de los individuos y que les permite manejar el mundo social en el que se desenvuelven-, se condiciona a las personas a ser capaces de auto-regularse en el mundo que les rodea, en este caso la calle.


¿Y LOS MEXICANOS, COMO ESTAMOS?
INEGI[7], empresa en México que da a conocer características de la sociedad mexicana actual, así como cifras de vivienda, educación y salud, estima que el 48.6 por ciento de la población mexicana es del sexo masculino, es decir, que hay más mujeres, pues son el 51.4 por ciento. (Archivo/Notimex)

En el año 2015[8], la población de México ascendió a 119 millones 530 mil 753 habitantes, y la tasa de crecimiento mantuvo un avance de 1.4 por ciento promedio anual en los últimos cinco años, según los resultados de la Encuesta Intercensal 2015.

Para Texcoco, Estado de México[9], tenemos que:

Indicadores

Población total,
Número de personas
235,151

Edad mediana,
Años
26

Edad mediana hombres
25

Edad mediana mujeres
27

Relación hombres-mujeres,
Hombres por cada 100 mujeres
96.8

Indicadores

Personal ocupado total. ,
Número de personas
34,023
Figura 1. Indicadores del personal ocupado en el Municipio de Texcoco.

Al analizar esta tabla resulta notable afirmar, que de la población total del área de Texcoco, solo el 14.5% de las personas se encuentran dentro de un empleo formal. Como empleo formal debemos entender aquella actividad donde una persona es contratada para ejecutar una serie de tareas específicas, a cambio de lo cual percibe remuneración económica.

México es un país de riqueza extraordinaria, su cultura y sus recursos naturales son considerados patrimonio de la humanidad, a pesar de esto, en México también existen niveles altos de pobreza y marginación que contrastan con la belleza del país. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL)[10], institución encargada de generar información objetiva sobre la situación de la política social, sobre la medición de la pobreza y la evaluación de los programas y acciones de desarrollo social, dio a conocer los datos más recientes sobre la pobreza en México:

Pobreza en México[11]

·         Según la OCDE, México es el segundo país con mayor desigualdad económica.
·         1 de cada 2 personas en México vive en pobreza. Reporte de Desigualdad, Oxfam, 2015.
·         Niveles de pobreza en México sin cambios en últimos 20 años: OCDE, Jul.2015.
·         46.2%  de la población (55.3 millones de personas) vive en condiciones de pobreza de las cuales 9.5%  (11.4 millones) viven en pobreza extrema.
·         El 23.3% (27 millones) de la población vive en pobreza alimentaria y el 12.5% sufre desnutrición crónica.
·         De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, existen 1, 194, 805 niños con desnutrición crónica en el país.
·         Según la Encuesta Nacional de Salud 2012, el 70.0% de los hogares en México se clasificaron en alguna de las tres categorías de inseguridad alimentaria. El 80.8% de los hogares que viven en el estrato rural fueron clasificados en algún nivel de inseguridad alimentaria.1 de 3 niños indígenas padece desnutrición crónica (ENSANUT 2012).
·         En México, 80% de las personas indígenas viven en pobreza (INEGI).
·         72% de los indígenas viven en pobreza, de ese 72%, el 45.4% corresponde a indígenas en pobreza moderada y el 26.6% a indígenas en pobreza extrema, (CONEVAL).
Es aquí donde toman relevancia los dichos de Herbert Marcuse, miembro de la primera generación de la Escuela de Frankfurt, él coincide con la comprensión de la realidad de la vida, aunque también se da cuenta de una peculiar diferencia entre las necesidades reales y las necesidades ficticias que hacen feliz al hombre. Sus críticas al Marxismo[12] derivan en que en  la sociedad moderna, el hombre es víctima de un método de dominación y alienación.

La tecnología impide la libertad del hombre, señala Marcuse, la falta de libertad se obtiene al ser dominado por el sistema que aumenta la productividad del trabajo y le genera comodidades, es precisamente esta comodidad la que impide al hombre moverse fuera de su área de confort, en dónde se cree se tienen las mejores posibilidades de llevar su vida de la mejor manera, económicamente y socialmente hablando.

En El Hombre Unidimensional (1954), Herbert Marcuse apunta:

Para Marx, el proletario es antes que nada el trabajador manual que gasta y agota su energía física en el proceso de trabajo, incluso si trabaja con máquinas. La adquisición y empleo de esta energía física, bajo condiciones infrahumanas, para la apropiación privada de la plusvalía, daba a la explotación sus aspectos revulsivos e inhumanos; la noción marxiana denuncia el dolor físico y la miseria del trabajo. Éste es el elemento material y tangible en la esclavitud del salario y la alienación: la dimensión fisiológica y biológica del capitalismo clásico. (p. 54).

 En el “capitalismo avanzado”, el proletariado ha desaparecido, ya que Marcuse dice que la “mecanización” de los instrumentos de producción redujo la actividad física del trabajador, “para Marx, el proletario es antes que nada el trabajador manual que gasta y agota su energía física en el proceso de trabajo” (Marcuse, 1954, p. 27). Así mismo, algo que también está destruyendo al proletariado como tal, es la independencia en el trabajo, esto a través de los empresarios, trabajadores independientes, y gente en situación de calle, que opta por el arte urbano, por la pérdida del trabajo o en su defecto, por no encontrarlo.

En el siglo XXI, en México y sobre todo en el área de Texcoco y su zona textil, podemos aplicar la aseveración de Marcuse, en su libro El Hombre Unidimensional (1954):

Sólo cuando un trabajo puede ser medido, se puede atar a un hombre a su trabajo, se puede ejercer una presión sobre él, y medir su rendimiento en términos de una sola pieza y pagarle por la pieza o por la hora, se llega a la industrialización moderna. (p. 59).

En la “sociedad industrial avanzada” (Marcuse, 1954), impera la necesidad de producir y consumir el “despilfarro”, esta necesidad impuesta desde lo que Marcuse llama “mass-media”, aunque también difiere en que no son los medios alienantes de comunicación los que modifican el comportamiento social sino que existe el pre-condicionamiento  en el ser humano, la diferencia está en que el control social se incorpora, desde el inicio, en las mismas necesidades que ha producido.

La “autodeterminación” que Marcuse menciona en el libro El Hombre Unidimensional (1954),  solo se logra cuando el individuo es liberado de toda atadura o manipulación, en el caso de Edgar Iván, él intenta lograr esa autodeterminación trabajando en las calles, sin jefes, sin reglas y sin el equipo  suficiente que le permita hacer “mejores” malabares en los semáforos, pero siempre con la necesidad de distinguir dentro de su vida, las posibilidades que alcanza a analizar, como forma de superarse a sí mismo.

En otras palabras, Edgar, pasa su vida diaria analizando las alternativas que tiene frente a él, no quiere pasar toda su vida frente a un semáforo, necesita dinero para generar su propia riqueza, requiere mejores herramientas, de mayor calidad, y que le permitan ofrecer un mejor espectáculo, pero los hechos y las alternativas, -menciona Marcuse-, no están alineados con la vida de Edgar. En un “mundo de mudos objetos” (Marcuse, 1954, p. 282), es necesaria la voz de un sujeto que mueva al mundo en otra dirección; y aunque Herbert Marcuse lo diga en una sola frase:

“Todavía existe el legendario héroe revolucionario que puede derrotar incluso a la televisión y la prensa: su mundo es el de los países subdesarrollados”.

El  mundo se ha coaccionado de tal manera, que ese mundo  “subdesarrollado” del que habla, ha dejado de existir. Poniendo el ejemplo de Edgar, en nuestra plática él menciona: “querer tener juguetes más profesionales” que le sirvan para generar arte, esas “mejores herramientas” están alienadas, ¿porque?, por el hecho de querer satisfacer esa necesidad con tecnología,  por creer que se puede hacer un arte “mejorado”, eso precisamente, es una forma de sumisión, lamentablemente también se encuentra alienado.













ANEXOS
Más que una entrevista, este anexo es una plática informal, realizada el día 08 de diciembre del año 2016, en Texcoco, Estado de México a una persona de nombre Edgar Iván Castro Ceferino, que se encontraba haciendo malabares en un semáforo en la vía pública y dónde a través de sus propias palabras, Edgar da cátedra sobre su vida, sus preocupaciones y sus anhelos, algunos de los conceptos de Herbert Marcuse desarrollados en el presente texto, aparecen en los diálogos de Edgar, éstos se encuentran presentes en sus respuestas:


Foto1. Platica informal con Edgar Iván Castro Ceferino (08 de Diciembre de 2016)

PALABRAS FINALES
El arte urbano existe desde ya un buen tiempo, es una manifestación humana, que genera riqueza económica y social, es parte de nuestro México, es parte de la sociedad de Texcoco y al parecer, nunca se irá. El debate de si este tipo de manifestaciones o no, llegan a ser “arte”, queda fuera de lugar en este escrito, lo que no podemos negar, es que sí existe un lado artístico, desde la vestimenta hasta los malabares que hacen estas personas. Conociendo a Edgar, terminé apreciando su labor, tanto en las esquinas de las calles como en el resto de sus actividades, la pintura, la artesanía, y la ayuda que ofrecen sin pedir nada a cambio.

Es a través de este arte, que Edgar y las personas que se dedican como él, a este tipo de  manifestaciones, tratan de tener una presencia en la sociedad, hacen valer sus derechos y muestran una disciplina por algunos instantes por la cual perciben un producto económico. Edgar y el colectivo al que pertenece, pueden ser esos héroes revolucionarios que pueden derrotar a esa sociedad que los trata de coaccionar, ¿cómo?, por lo menos transformando la conciencia social de quien se cruza en su camino.

Como lo menciono en mi plática con Edgar, ojalá todos pudiéramos hacernos  adictos a  tratar de ayudar  a las personas.




FIN





BIBLIOGRAFÍA
Weber, Marx, La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Recuperado el 08 de Diciembre de 2016 de http://medicinayarte.com/img/weber-max-la-etica-protestante-y-el-espiritu-del-capitalismo.pdf

J. M. Mardones y N. Ursua, (1982). Filosofía de las Ciencias Humanas y Sociales, Primera Edición, Editorial Fontamara, S.A. Barcelona, España. Recuperado el 06 de Diciembre de 2016 de:

Los diez puntos que debes conocer sobre la pobreza en México, Dinero en Imagen, Recuperado el 08 de Diciembre de 2016 de http://www.dineroenimagen.com/2014-04-08/35464

El arte de la calle: Haciendo malabares para vivir, Huilliches, Mensajes del Sur en, Cultura popular, 30 de julio de 2008, Recuperado el 08 de Diciembre de 2016 de http://revistahuilliches.blogspot.mx/2008/07/el-arte-de-la-calle-haciendo-malabares.html
Wilkis, Ariel, Apuntes sobre la noción de estrategia en Pierre Bourdieu, Revista Argentina de Sociología, Vol. 2, Núm. 3, noviembre-diciembre, 2004, pp 118-130, Consejo de Profesionales en Sociología, Buenos Aires, Argentina.

Weber, Marx, (2002), Economía  y Sociedad, Fondo de Cultura Económica, España. Segunda re-impresión.

Marcuse, Herbert (1993). El Hombre Unidimensional, Planeta Agostini, España.

Pineda, Miguel A. El concepto de racionalidad de Max Weber, Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo, España, Recuperado el 08 de Diciembre de 2016 de  http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/a1n2/1-2-4.pdf