El objeto central de este estudio es conocer
parte de la labor del Banco Mundial en México con respecto a la Educación, y en
particular la relación de esta labor, con la nueva didáctica de la
investigación que se aplica en México. Interesa, sobre todo, analizar el
paquete de herramientas financieras, que giran en torno a la Educación Superior
en México por parte del Banco Mundial.
Introducción
Al 8
de marzo del año 2016, se encuentran activos 18 proyectos del Banco Mundial en
México (Banco Mundial, 2016), aunque solo dos dedicados a la Educación y ninguno
dedicado a la Educación Superior en particular; con planes de cierre de estos
proyectos para diciembre del año 2018, aún no se tienen resultados
cuantificables de la incorporación de estos programas, a las condiciones
actuales de las comunidades rurales en México. Aunque hay que decirlo, “el 30%
de los proyectos del Banco Mundial, tienen resultados inciertos o
insatisfactorios” (Maldonado, 2000, p. 71).
Uno
de estos proyectos, llamado: Proyecto de gestión escolar y el otro: Proyecto
para la reducción de desigualdades de la oportunidades educativas, fueron
creados especialmente para las “condiciones especiales” de un país como México,
el cual pertenece al bloque América Latina y el Caribe.
En el Proyecto de gestión escolar, mediante
el apoyo y la asistencia técnica por parte del Banco Mundial, se aumentará la
autonomía escolar y la participación de los padres en la educación de sus
hijos, así por medio de una “novedosa” implementación de una supervisión y el
uso de instrumentos de medición, también se intentará mejorar la capacidad de
la gestión de las escuelas.
Por otro lado en el Proyecto para la
reducción de desigualdades de la oportunidades educativas, se apoyará al
Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE)[1]; el cual tendrá como tarea
primordial, -y mediante la adquisición
de bienes y la contratación de servicios de capacitación-, el desarrollo de las
capacidades de padres, tutores y encargados en las comunidades rurales, del
cuidado de los infantes, así como también apoyo móvil para estudiantes de bajo
rendimiento o que sufran alguna discapacidad en las escuelas comunitarias, así
como apoyo a la CONAFE en cuanto a cooperación técnica se refiere, garantizando
así la reducción de desigualdades de la oportunidades educativas en las
comunidades más necesitadas.
Desarrollo
¿Qué hay más fuerte que un dólar americano?, Económicamente
hablando me es difícil responder a esta pregunta, tal vez el oro si hablamos de
un mercado de inversiones donde los precios permanecen inestables, sin embargo,
el dólar americano, puedo decir, es la moneda más fuerte que existe en nuestro
planeta. Prácticamente está saliendo dinero de todo el mundo, dinero que va
hacia los Estados Unidos, por la fortaleza precisamente de esa moneda; aunque si bien es cierto, “América
Latina va a ser la región de países emergentes menos afectada en cuanto a salidas
de capital este año, debido a que los flujos dirigidos hacia economías como
México, Chile, Perú, Colombia y Argentina, han demostrado risiliencia” (Zepeda,
2016).
“En un país, donde los capitales van a salir
de América Latina” (Zepeda, 2016), nada mal luce, “el crecimiento del PIB de
México, del 3.2% anualizado, el cual equivale a 6 veces el crecimiento que reporta
Estados Unidos del 0.5% anualizado” (O´Farril, 2016). Debido a estos y a otros
tipos de indicadores, México como país se ha convertido en tema fundamental
para algunos de los organismos internacionales más importantes, como es uno de
ellos: el Banco Mundial (BM)[2].
Con la idea un poco inexacta de que todos los
países desean el desarrollo de sus habitantes y la mejora de sus condiciones de
vida, el Banco Mundial nos comparte en
su página corporativa, uno de sus más ambiciosos objetivos el cual cito:
“Acabar con la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida” (Banco
Mundial, 2016). Para el Banco Mundial una de las razones de que exista pobreza
es la falta de educación, debido a esto; “para 1990, el Banco Mundial es la fuente más importante de
financiamiento en los países en vías de desarrollo” (Maldonado, 2000, p. 57).
“El Banco Mundial es el mayor productor de
documentos y estudios sobre políticas educativas” (Maldonado, 2000, p. 55), en
todos los niveles y para todos los temas, ya sean de estructura, de educación o
de formación, la principal utilidad de estos documentos, es que sirvan de base
para dar a nuestros gobernantes, herramientas útiles que les permitan, mejorar
el sistema educativo, ya sea, cambiando leyes o “mejorando” el proceso escolar,
algunas veces en su totalidad.
Si bien algunos de los ejes primordiales que
el Banco Mundial utiliza para el “caso México”, son compartidos entre los
diferentes niveles de educación en México, llámense, Primaria, Secundaria,
Técnica, Superior o Postgrados, siempre permanece uno llamado
“internacionalización”, que bajo la mira del Banco Mundial, promueve que
México, “salga al mundo” en cuanto a temas educativos se refiere y que le
permitan una comparación entre países de similares características y problemas
compartidos. Esto con el fin de medir sus procesos y mejorarlos.
Algunos de los ejes principales del Banco,
los cuales se mencionan en: Los organismos internacionales y la educación en
México (Maldonado, 2000, p. 56), son los siguientes:
1) Acceso
2) Equidad
3) Eficiencia
interna
4) Calidad
5) Financiamiento
6) Administración
7) Resultados
8) Internacionalización
de las políticas educativas
Es bien sabido que para el Banco Mundial, la
política educativa en México es de suma importancia, ya que al ser errónea, es
generadora de pobreza, en esta política educativa convergen tres ejes
fundamentales los cuales son:
·
Calidad-Evaluación,
·
Diversificación de fuentes de financiamiento,
y
·
Diversificación de las opciones en el nivel
de educación superior
El propio Banco Mundial reconoce su falta de
visión sobre las Universidades, ya que no tiene las herramientas ni la visión
para subsanar las fallas y omisiones tanto de las políticas internas de nuestro
país en estos tres ejes, como la ineficacia para llevar a cabo con éxito un
programa que satisfaga las necesidades de un país como México.
Ricardo Sánchez (2014), en su libro: Enseñar a Investigar, menciona:
“Si se quiere enseñar el oficio de
investigador no basta con basar la propuesta programática en la mera
descripción, análisis y crítica de ese quehacer; es necesario además hacer
participar a quien desea aprenderlo en todas las operaciones que comporta su
realización, al lado de otra persona con mayor experiencia y en un espacio
institucional en el que se promueva creativamente la generación del conocimiento científico”( p.20)
Esto que desarrolló el maestro Sánchez,
aplica en el caso de la relación entre el Banco Mundial y México, dónde México
puede ser ese personaje de mayor experiencia, que en un ambiente institucional
promueva y haga participe al alumno, el Banco Mundial, en el conocimiento de las
características de un país como es México.
La enseñanza hacia el exterior de un país
como México, no se rige por definiciones ni conceptos, sino en la ejecución de
dichos conceptos en el ámbito educativo, la relación Banco Mundial-México, no
puede basarse en documentos hechos por personal externo, sino debería ser con
base en situaciones y problemas reales y concretos, a lo largo de un tiempo
considerable, “la construcción de conocimiento
científico es un suceso que se extiende en el tiempo, no es instantáneo; es
dialéctico, no acumulativo; es recurrente, no unidireccional. La nueva
didáctica se basa en la idea de un proceso histórico en el que se suceden y
entrelazan numerosas operaciones y quehaceres temporales” (Sánchez, 2014, p.60).
Conclusión
Como lo mencioné anteriormente, tenemos solo
dos proyectos educativos del Banco Mundial en México, y son para educación básica,
con esto, podemos darnos cuenta que la educación superior no es tema
prioritario para los organismos internacionales económicos. Maldonado, Alma
(2000) menciona: “Una de las políticas persistentes del banco es que se debe
dar prioridad a la inversión en educación primaria y secundaria, por encima de
la educación superior, porque las “tasas de rentabilidad social”, del primer
tipo de enseñanza, son superiores a la del segundo (p. 64). Con esto nos
debemos dar por enterados que no existe algún paquete en este momento, ni en el
futuro inmediato de herramientas financieras, que giren en torno a la Educación
Superior en México por parte del Banco Mundial.
¿Qué significa esto?, En pocas palabras
significa que para un país como México, en vías de desarrollo, conviene más
obtener estudiantes con nivel técnico o nivel medio, llámese preparatoria o
bachiller, bien entrenados y preparados para el mercado laboral, que
licenciados o estudiantes de postgrados con una firme convicción personal de
que la superación les pertenece y de que “el factor social” queda relegado al
trabajo que ellos puedan ofrecer, si emprendieran algún tipo de negocio.
Algunos presidentes de países como Ecuador, Venezuela, Bolivia y Argentina, se
han pronunciado en contra del Banco Mundial, esto derivado de sus políticas
económicas expansionistas, que vuelven a
los países condicionantes de esas mismas políticas y dependientes a leyes
internacionales no aplicables en sus países, esto por la misma historia
diferente en cada país, la cual lo hace único y diferente al resto. Estos
países son “dejados de lado” tanto del Banco como de la comunidad
internacional.
Lamentablemente México no puede darse el lujo
de hacer a un lado estos apoyos económicos y no porque no podamos, sino que
para nuestros gobernantes, siempre ha sido más fácil y cómodo, acatar órdenes
de países más fuertes, que eliminar la corrupción de raíz, para así realizar
planes y políticas, que le permitan a un país como México crecer sostenidamente
tanto en economía como en educación, los
impuestos y los llamados “gasolinazos” y el déficit fiscal son muestras
de lo que aquí afirmo.
Bibliografía
Banco
Mundial (2016), Recuperado 30 de abril de 2016 de http://www.bancomundial.org/es/country/mexico/projects/all
Zepeda,
C. (2016, Mayo 2). América Latina, la región más “resiliente” en salida de
capitales, Mercados, El Financiero, Ciudad de México, p 28.
O´Farril,
E. (2016, Mayo 2). El crecimiento de
Estados Unidos y el de México, Economía, El Financiero, Ciudad de México, p 8.
Banco Mundial (2016), Recuperado 30 de abril
de 2016 de http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2013/04/17/ending_extreme_poverty_and_promoting_shared_prosperity
Maldonado,
Alma (2000), Los organismos internacionales y la educación en México. El caso
de la educación superior y el banco mundial. Perfiles educativos, Vol. 22, No.
87, pp. 51-75, UNAM
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